Insectos


En muchos países (Sudáfrica, Colombia, Angola, Brasil, Camerún, China, India, Indonesia, Méjico, Nueva Guinea, Tanzania, ...), desde los albores de la historia, los insectos se comen habitualmente y son muy apreciados por sus valores nutritivos y su gusto delicioso.

En Europa, comemos ostras (crudas), gambas, caracoles, huevos, y ancas de rana.

¿Por qué no comer insectos?

Los estudios sobre nutrición de Bruno Comby se iniciaron al comienzo de la década de 1980, cuando tras hacerse vegetariano, comenzó a estudiar los diversos tipos de dietas naturales, progresivamente introdujo alimentos crudos en su dieta, y en 1985 proteínas animales crudas, fue entonces cuando inició los estudios sobre la alimentación con insectos. A partir de 1988, probó, estudió, y descubrió primero los grillos, hasta probar desde entonces más de 400 especies diferentes de insectos.

Su libro ''Deliciosos insectos", publicado en 1990, presenta su investigación y experiencia en el campo de la entomofagia (del griego: entomos = insectos, y phagei = comer). Este libro innovador fue objeto de considerable interés entre la gente de los medios de comunicación, la comunidad científica, y en general por el público de todo el mundo (ver las referencias), y ha inspirado a muchos autores, científicos y cocineros e iniciado el renacimiento de la entomofagia en el mundo moderno. Actualmente en EEUU, Canadá, Alemania, Holanda, Japón..., cocinas y restaurantes han adaptado sus menús, y adoptado las recetas de insectos de Bruno Comby, y muchos científicos han confirmado sus primeras palabras sobre la importancia de las proteínas de los insectos en la nutrición humana, y en la ayuda para resolver el problema del hambre en el tercer mundo.

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